Ayer estuve en una charla sobre medios y gastronomía celebrada en el ámbito cultural del Corte Inglés de Independencia en Zaragoza.
Los ponentes son tres grandes de la gastronomía aragonesa: José Luis Solanilla, escribe un suplemento Con mucho gusto en el Heraldo de Aragón, José Miguel Martínez Urtasun, editor de la revista Gastro y Juan Barbacil.
Realmente, les debemos a estas personas acercar a nuestros hogares la gastronomía aragonesa, darnos a conocer nuestra cultura y haber luchado por hacerse un hueco y un nombre en este mundo.
De la charla me sorprendieron dos cosas: la media de edad de los asistentes y el anecdótico nombramiento de los medios digitales y redes sociales (creo que es ahí donde se está forjando un nuevo lugar, tal vez, más libre para expresar y opinar, con respeto, de lo que uno piensa).
Creo que la gastronomía aragonesa debe reinventarse y adaptarse al nuevo mundo tecnológico. Si no, miremos a nuestra comunidad vecina Navarra lo bien que lo está haciendo y lo mucho que se está moviendo.
Es necesario aire fresco, romper ese coto privado que parece existir en la gastronomía aragonesa, y tender una mano a aquellos que nos interesa este mundo…aunque sólo sea como meros aficionados.
Afirmaban qué no existe espacio para la reflexión gastronómica...y yo pregunto ¿Será esto cierto?
Creo que algo está empezando a cambiar. Una rueda invisible y ruidosa ha empezado a girar y ya no puede pararse.
Internet es la calle, y en la calle es dónde nacen las ideas y las revoluciones.